La competencia entre las redes sociales por la atención de los usuarios está alcanzando límites insospechados y decididamente feos. Cuenta TechCrunch como Plaxo decidió poner a prueba una nueva prestación, pensada para que sus usuarios pudiesen comparar sus libretas en Plaxo Pulse contra sus contactos de Facebook: tras la comparación, cierta información de contacto (e-mail, nombre y cumpleaños) de aquellas personas que estuviesen en tu Facebook pero no en tu Plaxo Pulse era importada de manera automática a este último. Además, decidieron hacerlo completamente al margen de la API de Facebook, por una sencilla razón: la API de Facebook no proporciona, por razones de defensa de la privacidad de sus usuarios, acceso a la información de correo electrónico, un dato central en toda ficha de Plaxo.
De hecho, para evitar precisamente que la dirección de e-mail sea tomada de las fichas de sus usuarios, Facebook muestra dicha información en forma de imagen, en lugar de hacerlo como texto. Y visto lo visto, a Plaxo no se le ocurre mejor solución al problema que utilizar un script: solicita a los usuarios su nombre y clave en Facebook, revisa una por una todas las páginas de contactos de un usuario en Facebook y, mediante un software de reconocimiento óptico, escanea las imágenes y añade la dirección de e-mail a la ficha de cada usuario en Plaxo Pulse.
Toda una hábil maniobra si no fuera porque, claro, pequeño detalle sin importancia… Facebook no está en absoluto de acuerdo. Ademas, para terminar de liarla, la reacción de Facebook ha sido la que cabía esperar dadas las circunstancias: al detectar la actividad del script, decide suspender de manera inmediata las cuentas de los usuarios que lo estaban empleando, que no eran ni más ni menos que periodistas y analistas que habían sido invitados por Plaxo para actuar como beta-testers, sin que Plaxo hubiese pedido permiso ni prevenido a Facebook en modo alguno para tal actividad. Como resultado de la batalla, personas como el enormemente popular Robert Scoble han sido suspendidos en Facebook (TechCrunch, Scobleizer) por infringir los términos de uso, con todo el ruido que ello conlleva a pesar de su prácticamente automática readmisión.
Por un lado, escanear una imagen de la página de un competidor para saltarse una restricción impuesta por éste no parece la mejor de las maneras de hacer amigos en el sector. Por otro, si un usuario decide dar cierta información a Facebook, ¿no debería ser tan libre para sacar esa información de ahí como lo fue para introducirla? ¿No debería tener el usuario control absoluto sobre su información? Bien mirado, como comenta Mike Arrington, el problema del uso del script es que sitúa la decisión de la extracción de dicha información no en el usuario, sino en los amigos del usuario: yo puedo estar de acuerdo con que un amigo que me tiene en Facebook pase también mi información a su Plaxo, pero también podría perfectamente no estarlo, y la decisión debería corresponderme a mí, no a mi amigo.
Pero sin duda, la discusión tiene muchos matices y lo único claro aquí es que Plaxo y Facebook se han pegado entre ellos, y que los que han recibido las bofetadas han sido un grupo de usuarios que actuaban como beta-testers. Y es que hay que ver, esto de la competencia entre redes sociales se está poniendo de lo más espinoso…
ACTUALIZACIÓN: Como resultado colateral de la batalla y gracias a la visibilidad generada por Robert Scoble, que afirma en este vídeo de Seesmic haber participado en la beta suponiendo lo que iba a pasar y para, básicamente, make a point; Facebook recibe una invitación abierta para unirse al Data Portability Workgroup, una organización que trabaja por el desarrollo de estándares que aseguren la portabilidad de los datos de los usuarios entre aplicaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Que opinas? ¿Te gusto? Tu comentario es importante y tu opinión vale. Coméntanos Aquí.